Orígenes de la Congregación

La Congregación de las Hermanas del Divino Redentor fue fundada en Niederbronn (Francia) el 28 de agosto de 1849 por Madre Alfons María Eppinger .

Nacida en Niederbronn  el 9 de setiembre de 1814, de una sencilla familia campesina, Elizabeth Eppinger (más tarde Madre Alfons María) descubrió desde pequeña el valor de ser hija de Dios. Contempló y asumió en sí misma el Misterio de la Redención, es decir la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús. Con este carisma, y buscando a Cristo en los hermanos más crucificados: pobres, abandonados, enfermos, niños, respondió a la voluntad de Dios fundando la Congregación de las Hermanas del Divino Redentor,  el 28 de agosto de 1849, con la ayuda del Padre Juan David Reichard,  guía  y testigo del camino espiritual de Elizabeth.

            En los primeros tiempos la Congregación atendía a pobres y enfermos y luego su apostolado se extendió a la educación, como un camino concreto por el cual podía transitar la obra de la redención del hombre.

Madre Alfons María murió el 30 de julio de 1867 y sus restos descansan en el altar de la capilla de Oberbronn, lugar donde se encuentra actualmente la Casa Madre de la Congregación.

Carisma de la Congregación

El Carisma de la Congregación es  MEDITAR, VIVIR Y AYUDAR A VIVIR EL MISTERIO DE LA REDENCIÓN. Esto es, contemplar la vida de Jesucristo, en especial su pasión, muerte y resurrección de tal manera que cada persona que lo vive, pueda encarnar el espíritu de Jesucristo mismo.

La Congregación en Argentina

En 1938 el Excelentísimo Señor Obispo de Jujuy, Dr. Enrique Mühn, encontrándose hospedado en Viena en la “Casa Madre” de la Congregación de las Hnas. Del Divino Redentor, solicitó a la Reverenda Madre General algunas religiosas para su diócesis jujeña. Accediendo al pedido de su Excelencia, cinco hermanas dejaban su patria para extender el reino de Dios en tierra argentina.

          El 3 de diciembre de 1938, víspera de la fiesta de Santa Bárbara, arriban a Jujuy: la Madre Liberta Pietrek, primera Superiora y fundadora del colegio, hermanas Stella Maris Ilming, Adilia Faes, Sapientia Fritzen y Salutaris Pommer.

          Con la actividad educativa y la atención de enfermos en sus domicilios  se fue desplegando la Congregación en Jujuy.

En 1950 se inician las obras del noviciado, en Ciudad de Nieva, donde ingresan jóvenes argentinas deseosas de vivir su vocación en el camino del carisma de la Congregación.

La obra de la Congregación siguió creciendo no solo en la labor educativa sino también con la atención de enfermos en el Hospital de La Quiaca, por los años 60 y en 1980 fundan un hogar de niños en San Luis.           En 1985 la Congregación envía religiosas a la Diócesis de Córdoba, donde se insertan en la actividad de la parroquia Corazón Eucarístico de Jesús. Más tarde se trasladó a esa provincia la Casa del Noviciado.

Su labor educativa se extendió hacia los más pobres, es así que en 1991 fundando el Colegio Del Divino Redentor en Alto Comedero, destinado especialmente a niños y adolescentes de familias carenciadas, en un barrio que recién se estaba poblando.

Las instalaciones fueron creciendo continuamente según la demanda de matrícula y con la ayuda proveniente de la Congregación en Viena y Oberbronn. Actualmente cuenta con  aproximadamente un total de 1700 alumnos  desde nivel inicial a Polimodal y con un comedor que atiende a 400 niños.

En el año 2004 se fundan dos nuevas casas de la Congregación, una en Metán  (provincia de Salta) con un comedor para niños pobres y  otra en Cochabamba (Bolivia) donde las hermanas colaboran en la catequesis, el hospital y un comedor.

Dios sigue manifestando su amor que redime a través del incesante apostolado de las Hermanas Del Divino Redentor en sus diversas obras destinadas a niños, jóvenes, ancianos, pobres, enfermos, familias… Quienes han tenido o tienen actualmente oportunidad de conocerlas y trabajar junto a ellas, saben del infinito amor que Dios nos brinda a través de las hermanas, de su ser, de su obrar…

ORACIÓN POR LA BEATIFICACIÓN DE MADRE ALFONS MARÍA

Señor, nuestro Dios, Tu concediste a Madre Alfons María, desde su infancia, la Gracia de sentirse atraída por el Misterio de la Cruz y en ella descubrir el Amor Misericordioso con que amas a todos los hombres.

Le diste la inspiración de fundar una Congregación destinada a manifestar ese mismo amor, a través del servicio prestado a aquellos que sufren en su cuerpo y en su alma, y la fortaleciste con el poder de la Eucaristía para así participar de la obra de la Salvación.

Con su ejemplo, enséñanos a dejarnos transformar por el amor de Cristo Salvador, para dar testimonio,  a través de nuestra vida, a todos aquellos que encontramos en nuestro camino.

Escucha la oración que te presentamos por su intercesión……………………………………………

 y así por tu Voluntad, concédenos la gracia de venerar a Madre Alfons María entre los Santos de Dios.  

Por Jesucristo, tu Hijo y nuestro Salvador. Amén