El carisma de las Hnas. del Divino Redentor, que inspira nuestro carisma institucional, surge en un contexto socio-económico que no difiere mucho del actual. Nos referimos al año 1.849, cuando se produce una fuerte enajenación del hombre, con una acentuada diferencia social, se da una ruptura de principios semejante a la actual crisis de valores.
Dios suscita en el corazón de una joven: Elizabeth Eppinger, quien luego se convertiría en la Madre Alfons María, el Carisma de la redención, es decir, el “MEDITAR, VIVIR Y AYUDAR A VIVIR EL MISTERIO DE LA REDENCION”. El meditar y vivir corresponde a la dimensión del SER, mientras que el ayudar a vivir al HACER.
Esto la lleva a fundar , en 1849, una nueva familia religiosa: la Congregación de la Hnas. Del Divino Redentor, quienes están llamadas a redimir con Cristo; y son hoy las actuales responsables de la orientación del Colegio Santa Bárbara. La Redención de acuerdo al Carisma consiste en el encuentro de Dios con el hombre mediante el amor a Dios en el amor al prójimo, entrega y servicio que se concreta en la triple dimensión:
En los primeros tiempos la Congregación atendía a pobres y enfermos y luego su apostolado se extendió a la educación, como un camino concreto por el cual podía transitar la obra de la redención del hombre
A través de la historia, muchos fueron y son los laicos que se asociaron a este apostolado. Pero la participación en el Carisma no se agota en las religiosas y docentes sino que es extensivo a todos aquellos que de una u otra manera forman parte de la Gran Familia del Divino Redentor. Tanto alumnos, como padres, personal todo, e incluso la comunidad en la que está inserta nuestra institución participan de este Don de Gracias y es impulsada a redimir con el Redentor. Es decir, creciendo en el encuentro con Dios, hacer la experiencia de la propia salvación para luego anunciar al Redentor. Anuncio que dignifica y promueve al hombre para que se realice como tal.